El verano se acabó y ya es hora de volver a poner el despertador para ir a trabajar. El regreso a la rutina es difícil, aunque unos lo padecen más que otros. Los trabajadores de entre 30 y 44 años son los que más sufren el síndrome postvacacional, quizá porque ocupan puestos de mayor responsabilidad y tienen la presión de no perder el empleo porque suelen tener familias a su cargo.
Septiembre es el mes de la vuelta al trabajo, la vuelta al colegio, a la universidad. En general la mayoría de trabajadores tarda una semana en “desconectar” de las vacaciones y volver a la realidad. Otros afirman que sólo tardan entre tres y cuatro días y el menor porcentaje de personas tarda sólo un día, según un estudio publicado por Ranstad.
Pero en época de crisis todo cambia… tal y como están las cosas ¿no deberíamos alegrarnos por la suerte de “tener una rutina” a la que volver? A muchos les gustaría sufrir ese síndrome postvacacional en vez de tener que seguir buscando trabajo. Si es tu caso quizá deberías replantearte las cosas…
Lo mejor es invertir tu tiempo en algo útil como: estudiar. La inversión en estudios y formación no es algo a fondo perdido y será una ventaja en tu curriculum a la hora de buscar trabajo. Además muchas universidades y escuelas disponen de programas de prácticas o hacen sesiones de networking. De esta forma puedes entrar en una empresa y si trabajas bien y con un poco de suerte, te ofrecerán un contrato. Por otra parte, las sesiones de networking te ponen en contacto con profesionales de tu ámbito laboral, conexiones que pueden ser muy útiles en el futuro.
Mientras que unos piensan que esto del síndrome postvacacional no es más que una dolencia de vagos, otros ponen buena cara al tener un trabajo al que acudir cada día. Lo importante es no estar parado, actualizar constantemente nuestros conocimientos, asistir a seminarios y conferencias y hacer lo posible para ser vistos.
Por eso, si tienes trabajo, sonríe y recuerda la suerte que tienes… ¿no?
