Vacaciones productivas

libro playaSomos conscientes de que el título del post de hoy puede levantar ampollas: «¿Cómo que vacaciones productivas? ¡Ahora resultará que no podemos dejar de rendir ni en nuestro tiempo libre!». Que no cunda el pánico. En Iberestudios no pretendemos que nadie trabaje y estudie hasta morir de agotamiento, entendemos que es necesario mantener un equilibrio entre la formación y el ocio. Pero, ¿y si mezclamos ambos conceptos?

Ya lo descubrimos hace años, viendo Barrio Sésamo: aprender es divertido. O puede serlo. O, mejor dicho, debería serlo. Y si hay una época del año en que la formación se alíe con la diversión, ésa es, sin duda, el verano. A partir del mes de junio el mundo entero (o al menos, el hemisferio norte) se ralentiza. Los días se alargan, muchas oficinas acortan sus horarios, nos sentimos más ligeros y con más energías que en primavera.Y hay un montón de cosas que nunca hemos hecho pero nos apetecería hacer: rodar un cortometraje, restaurar un mueble, aprender a bailar… Los cursos intensivos de verano son el momento ideal para quitarnos la espinita.

Para los estudiantes y muchos de sus profesores, una vez superado el sprint de los exámenes finales, se abre una etapa de tres meses de ocio. Pero tres meses sin hacer nada, ¿no será demasiado? Hasta los lagartos acabarían aburriéndose de pasar tantas horas tumbados al sol. Si no te quedan asignaturas pendientes, la universidad de verano es una ocasión estupenda para disfrutar y mejorar tu expediente al mismo tiempo. Y es que la misma universidad se transforma cuando aprieta el calor. Los cursos de verano son más cortos, más intensos, más interesantes (hay un abanico amplísimo donde cada uno puede elegir según sus gustos). A menudo, incluso tienen el aliciente de contar con una cara conocida entre el profesorado.

Los trabajadores somos un poco menos afortunados: apenas un mes de vacaciones de verano, en algunos casos dos o tres semanas. Quién más quién menos, todos estamos deseando pasarlas descansando o saliendo con nuestra pareja, familia, amigos… Pero también es cierto que el mercado laboral atraviesa una etapa muy dura. Urge ponerse al día, reciclarse profesionalmente, especializarse, mejorar el inglés, aprender una segunda lengua extranjera… Es difícil encajar un buen curso de formación continua en nuestra agenda durante los meses de más ajetreo. ¿Por qué no aprovechar una parte de nuestras vacaciones para mejorar nuestro currículum? Seguramente, afrontaremos la vuelta al trabajo con más confianza en nosotros mismos y menos estrés.

En el especial de esta semana, que se titula Estudiar en Verano, os damos éstas y otras buenas razones para matricularse en un curso de verano. ¿Se os ocurre alguna otra? ¿Qué experiencias – buenas y malas – habéis tenido estudiando en verano?

error

¿Te gusta nuestro trabajo? Ayúdanos a darlo a conocer y mantener el sitio gratis :)

RSS1m
Follow by Email570k
Facebook0
Twitter453
LinkedIn334
Share
WhatsApp20